Lo primero que tienes que tener claro es si quieres un cachorro o un perro adolescente o un perro adulto. Ya que los cachorros de perro son curiosos, activos y quieren aprender por lo que es importante que puedas dedicarle tiempo a su adiestramiento. Te llevara tiempo, su aprendizaje desde controlar el pis y la caca, hasta como pasear cuando va con la correa. Es un trabajo duro, pero a la vez gratificante, ya que cuando el cachorro vaya aprendiendo lo que le enseñas te recompensara el esfuerzo empleado en su aprendizaje.
Ahora que tienes claro que quieres un cachorro tienes que saber que puedes elegir entre un cachorro de perro de raza con pedigrí, un cachorro con cruce entre razas determinadas o un cachorro que no tiene raza reconocida.
¿Qué quiero para mí?, un cachorro de perro con pedigrí, cruce o sin raza reconocida
Los cachorros de perros de raza tienen unas ventajas y es que nacen con una serie de rasgos físicos marcados por la genética como pueden ser el tamaño y peso que alcanzara el perro cuando sea adulto, color de su pelaje, etc. Incluso algunos aspectos de la personalidad de la raza, no obstante, estos rasgos pueden agudizarse o minimizarse dependiendo de donde crezca el animal.
Los cachorros que tienen cruce entre dos razas por ejemplo tendrán aspectos físicos de una y otra raza, el temperamento o suma de rasgos de las razas es hereditario, aunque el carácter del perro podrá venir influenciado por una raza, por las dos o bien por los comportamientos que han aprendido.
Por último, los cachorros de perro sin raza reconocida, que no tienen ningún pedigrí tendrán un aspecto físico y un comportamiento genético variopinto, ya que mostrarán en ellos diferentes aspectos tanto físicos como de comportamiento de las razas de las cuales son mezcla.
Una ventaja genética que muestran estos cachorros, al tener descendencia de muchas razas es que no presentan una predisposición genética clara, tanto en su aspecto físico como en su comportamiento, cosa que si muestran los cachorros que tienen una raza reconocida.
De aquí podemos sacar una conclusión importante, en relación al cachorro de perro y es que, “Aunque el animal tenga unas características de comportamiento heredadas genéticamente, estos rasgos pueden mejorarse o esconderse en distintos grados dependiendo de donde crezca y se desarrolle dicho cachorro”.
El temperamento o suma de rasgos, es heredado, mientras que el carácter es el resultado de la combinación de estos rasgos heredados y las pautas de comportamiento que se han aprendido en su socialización.
Si un cachorro es tímido y se le expone a la mayor cantidad de situaciones posible, seguramente su timidez disminuya. Ahora bien, si es el caso contrario, si un cachorro al principio es sociable y lo alejamos de cualquier contacto con el ser humano, se convertirá en un animal temeroso e insociable.
La forma en la que se desarrolla el cachorro va a afectar en su futura personalidad dependerá mucho de lo que suceda en los cuatro primeros meses de vida del cachorro, momento en que termina el período de socialización.
Por tanto, debemos de ocuparnos de forma exhaustiva del estudio de las fases críticas o períodos sensibles del cachorro. Para ello tenemos que tener claro que tareas queremos que desarrolle el animal, a la hora de elegir al cachorro, teniendo unas características determinados según las funciones a desempeñar.
Si queremos un perro que nos sirva para la defensa el animal debe mostrar mucho coraje, por el contario si lo queremos para que nos haga compañía no es necesario que lo muestre.
Lo más adecuado es que consultes con un profesional para que realice las pruebas necesarias al cachorro que tienes en mente para asegurarte de que se adapta a ti y a tu forma de vida.